Como
dice el humorista Goyo Jiménez, los americanos nos superan en todo,
son superiores. Reconozcámoslo, en baloncesto, lo son.
Pero
no me refiero a aspectos técnicos, tácticos o simplemente
deportivos, ahí cada uno tiene un gusto y una preferencia. Estoy
hablando de la concepción de juego, deporte y espectáculo que
tienen respecto al basket.
Goyo Jiménez |
Pero
nadie sabe por qué está pasando esto ¿Obedece simplemente a la
superioridad técnica, táctica y cualitativa de los jugadores NBA?
¿O hay algo más? Probablemente, en ambos casos. Nadie duda que,
echando mano de los fríos números, el jugador número 50 de la NBA,
es superior, en casi todos los aspectos, que el mejor jugador de la
ACB. De hecho, José Manuel Calderón, titularísimo en TODOS los
equipos de la Liga Endesa, tiene difícil serlo en Toronto Raptors.
Con
estos argumentos, válidos o no, según la prensa que los analice, lo
que se pretende demostrar es la superioridad en la cancha de la NBA.
Bien, pero este artículo va más allá. Nada podemos hacer si los
mejores jugadores del mundo no están en la ACB, pero sí podemos
hacer algo para que los partidos que se disputan aquí no se
conviertan en un tedioso “espectáculo”, lento y sin atractivo
aparente. Los datos en cuanto a anotación san para un pormenorizado
análisis, aunque nos vamos a fijar en un aspecto importante, cuyas
consecuencias estamos notando desde principio de temporada.
El
colectivo arbitral, tan señalado por su parcialidad y su escaso
criterio, ha visto aumentadas sus competencias en este inicio de año.
Parece ser que han recibido órdenes de ser más estrictos, más
puntillosos con las manos y con las faltas fuera de jugada. Ya se vio
en la Supercopa de Zaragoza, donde los árbitros hicieron suyo el
protagonismo señalando faltas a diestro y siniestro, especialmente
en la final. Hubo un periodo de tiempo en el tercer cuarto en que
prácticamente en cada posesión se producía un parón propiciado
por los colegiados.
¿Qué
se consigue con ello? Constantes interrupciones del juego, pérdida
de ritmo por parte de los equipos, imposibilidad de desarrollar los
sistemas de juego propios, aburrimiento por parte de la afición y,
sobre todo, una pérdida alarmante de atractivo, de espectáculo. En
los dos únicos encuentros en que un equipo ha superado los 100
puntos (ambos del Real Madrid), el equipo en cuestión hizo 74 y 75
tiros de campo. En el Lagun Aro GBC-Gescrap Bizkaia, por ejemplo,
hubo un reparto de 62 y 58 lanzamientos a canasta. El resultado final
fue de 65-72 para los hombres de negro.
Pero,
¿a qué se debe? No es justo cargar las tintas contra el colectivo
arbitral, los entrenadores, con sistemas cada vez más encaminados a
la defensa, hacen un flaco favor a baloncesto patrio, pero como
estamos hablando de los trencillas, argumentaremos en dicha
dirección. Hay una ley obvia y lógica que, a más lanzamientos a
canasta, más puntos se consiguen, sobre todo si asignamos un
porcentaje estándar de un 50% a los tiros de 2 y un 40% a los
triples. Y es una verdad de Perogrullo que se suma más con los tiros
de campo que con los lanzados desde el 4,60.
Así,
a más faltas, más tiros libres, menos tiros de campo, menos puntos,
más interrupciones, menos espectáculo, menos posibilidades de ver a
los buenos jugadores por el problema de las faltas y más
aburrimiento general.
En
Europa somos muy clásicos y no nos gustan los pasos de salida, los 3
segundos en zona, la permisividad bajo canasta o torcer la vista a
cierto tipo de faltas. Pues bien, he de decir que, cada vez más, el
basket continental me aburre, por culpa de unos y otros; que los
árbitros adquieren un protagonismo que ni se merecen ni deben
desempeñar y que vamos encaminados a partidos a 70 puntos, cuando no
menos
Y
eso tiene una consecuencia directa: las audiencias. Hay más
espectadores un viernes por la noche en el partido NBA que da Cuatro
que un domingo por la tarde en el partido ACB de La 1. Para
hacérnoslo mirar.
Por
una vez, y sin que sirva de precedente, Goyo tiene razón: me quedo
con los americanos.
2 comentarios:
Igual anotan más porque juegan 8 minutos más por partido (casi un cuarto). Y hemos visto muchos jugadores NBA que en la ACB no lo han hecho ni medio bien. Son competiciones muy diferentes, reconociendo que la NBA es muy muy superior.
Cierto, los europeos y los americanos no entendemos el baloncesto de la misma manera
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